Coquelicot nace una y otra vez. Lleva haciéndolo muchos años pero el mensaje es el mismo: acercarnos a las flores, a la naturaleza, porque acercarnos a ella es acercarnos a nosotros mismos, a escucharnos, a atendernos, a cuidarnos.
Aunque hoy en día parezca que no, somos más naturaleza que otra cosa: las flores nos llaman la atención, el verde nos relaja, salir a pasear alrededor de la naturaleza nos hace muy bien. Es el entorno donde miramos hacia dentro y vemos qué brota, qué florece.
Pero vivimos en la era de la inmediatez, de la ciudad, de los centros comerciales, de la moda rápida, de los escaparates de las redes sociales, de las prisas, de las ansias, del ruido. Y todo ello nos afecta porque nos impone un ritmo de vida que no es natural, que no es nuestro. Las flores y la naturaleza nos ayudan a aflojar, a soltar y a observar.
En Cocuelicot queremos acercar las flores secas y preservadas (ojalá algún día frescas) por su efecto multiplicador en nuestro autocuidado. Por una parte, porque solo con verlas nos sentimos mejor; y por la otra, porque tocarlas, manipularlas, crear y jugar con ellas es practicar una atención plena.
Nuestra verdadera esencia brota de esos espacios en los que nos cuidamos y nos escuchamos. Es tiempo de florecer.
Coquelicot nace una y otra vez. Lleva haciéndolo muchos años pero el mensaje es el mismo: acercarnos a las flores, a la naturaleza, porque acercarnos a ella es acercarnos a nosotros mismos, a escucharnos, a atendernos, a cuidarnos.
Aunque hoy en día parezca que no, somos más naturaleza que otra cosa: las flores nos llaman la atención, el verde nos relaja, salir a pasear alrededor de la naturaleza nos hace muy bien. Es el entorno donde miramos hacia dentro y vemos qué brota, qué florece.
Pero vivimos en la era de la inmediatez, de la ciudad, de los centros comerciales, de la moda rápida, de los escaparates de las redes sociales, de las prisas, de las ansias, del ruido. Y todo ello nos afecta porque nos impone un ritmo de vida que no es natural, que no es nuestro. Las flores y la naturaleza nos ayudan a aflojar, a soltar y a observar.
En Cocuelicot queremos acercar las flores secas y preservadas (ojalá algún día frescas) por su efecto multiplicador en nuestro autocuidado. Por una parte, porque solo con verlas nos sentimos mejor; y por la otra, porque tocarlas, manipularlas, crear y jugar con ellas es practicar una atención plena.
Nuestra verdadera esencia brota de esos espacios en los que nos cuidamos y nos escuchamos. Es tiempo de florecer.
Coquelicot nace una y otra vez. Lleva haciéndolo muchos años pero el mensaje es el mismo: acercarnos a las flores, a la naturaleza, porque acercarnos a ella es acercarnos a nosotros mismos, a escucharnos, a atendernos, a cuidarnos.
Aunque hoy en día parezca que no, somos más naturaleza que otra cosa: las flores nos llaman la atención, el verde nos relaja, salir a pasear alrededor de la naturaleza nos hace muy bien. Es el entorno donde miramos hacia dentro y vemos qué brota, qué florece.
Pero vivimos en la era de la inmediatez, de la ciudad, de los centros comerciales, de la moda rápida, de los escaparates de las redes sociales, de las prisas, de las ansias, del ruido. Y todo ello nos afecta porque nos impone un ritmo de vida que no es natural, que no es nuestro. Las flores y la naturaleza nos ayudan a aflojar, a soltar y a observar.
En Cocuelicot queremos acercar las flores secas y preservadas (ojalá algún día frescas) por su efecto multiplicador en nuestro autocuidado. Por una parte, porque solo con verlas nos sentimos mejor; y por la otra, porque tocarlas, manipularlas, crear y jugar con ellas es practicar una atención plena.
Nuestra verdadera esencia brota de esos espacios en los que nos cuidamos y nos escuchamos. Es tiempo de florecer.
«Cuando trabajamos con la naturaleza del mundo exterior, lo hacemos con la naturaleza del mundo interior.»
Sue Stuart-Smith
No soy florista, al menos en esta vida. Siempre me han llamado la atención y como aficionada he ido haciendo ramos, jarrones, coronas, detalles. También he ido formándome y acercándome al mundo de las flores y hace poco monté un pequeño taller cerca de casa. Es una especie de refugio donde las horas pasan volando y me siento a gusto y en paz.
De este mismo taller salen, con mucho cariño y dedicación, vuestros pedidos.
Me siento feliz y orgullosa de acercaros, de manera sencilla y humilde, al mundo de las flores y la conciencia por la naturaleza. Estoy segura de que si lo conocemos más, sabremos cuidarlo mejor.
«Cuando trabajamos con la naturaleza del mundo exterior, lo hacemos con la naturaleza del mundo interior.»
Sue Stuart-Smith
No soy florista, al menos en esta vida. Siempre me han llamado la atención y como aficionada he ido haciendo ramos, jarrones, coronas, detalles. También he ido formándome y acercándome al mundo de las flores y hace poco monté un pequeño taller cerca de casa. Es una especie de refugio donde las horas pasan volando y me siento a gusto y en paz.
De este mismo taller salen, con mucho cariño y dedicación, vuestros pedidos.
Me siento feliz y orgullosa de acercaros, de manera sencilla y humilde, al mundo de las flores y la conciencia por la naturaleza. Estoy segura de que si lo conocemos más, sabremos cuidarlo mejor.
«Cuando trabajamos con la naturaleza del mundo exterior, lo hacemos con la naturaleza del mundo interior.»
Sue Stuart-Smith
No soy florista, al menos en esta vida. Siempre me han llamado la atención y como aficionada he ido haciendo ramos, jarrones, coronas, detalles. También he ido formándome y acercándome al mundo de las flores y hace poco monté un pequeño taller cerca de casa. Es una especie de refugio donde las horas pasan volando y me siento a gusto y en paz.
De este mismo taller salen, con mucho cariño y dedicación, vuestros pedidos.
Me siento feliz y orgullosa de acercaros, de manera sencilla y humilde, al mundo de las flores y la conciencia por la naturaleza. Estoy segura de que si lo conocemos más, sabremos cuidarlo mejor.
LA MENTE BIEN AJARDINADA
Es la base teórica, la investigación, la demostración y la justificación de Coquelicot. De él entendí la importancia de la naturaleza y de las flores a lo largo de nuestra historia, el poder que ejercen en nuestro bienestar y cómo sufrimos cada vez más la era de la inmediatez y de la ciudad, que no confiere valor a la atención y al presente.
FLORES CERCA DE TI
Pero no todos tenemos la posibilidad de tener cerca la naturaleza, mucho menos las flores, ya sea por espacio, por falta de tiempo o de experiencia. Las flores preservadas son flores tratadas con productos naturales para que puedan durar mucho tiempo, incluso años. Además, no necesitan mantenimiento ni condiciones específicas, con lo cual son una opción perfecta para tener en casa, para regalar y para acercarnos a una nueva manera de estar y de vivir: el ritmo de las plantas.
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Si hace unos meses me llegan a decir que tendría un taller, un espacio de cara al público,
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