Las flores nos llaman la atención de forma natural porque a lo largo de nuestra historia donde había flor había fruto y, por lo tanto, supervivencia. El verde, además, es el color que mejor aceptamos visualmente y la cantidad de verdor de un jardín es directamente proporcional a su carácter reparador.

Pero vivimos en grandes ciudades con pocos espacios verdes. Lo hacemos, además, con un ritmo frenético impuesto y sobre todo sin atendernos a nosotros mismos, a lo que viene de dentro. 

En Coquelicot queremos acercar las flores como una forma de autocuidarnos. Solo con tener flores en casa nos sentiremos mejor, pero si además las manipulamos, experimentamos con ellas, las sentimos en nuestras manos, conseguiremos momentos de atención plena en los que volveremos a escucharnos para saber qué está brotando por dentro, cómo podemos cultivarnos para así poder florecer.